En la región de O´Higgins y solo 6 kilómetros al sur de Pichilemu, se encuentra la localidad de Punta de Lobos, zona mundialmente reconocida por sus buenas olas para surfear durante el año y de donde “Domi” es oriunda junto a su círculo más cercano donde todos están vinculados a esta disciplina.
Su vida cambió a mediados del año pasado, cuando el 21 de julio agarró su primer tubo de olas grandes en Punta de Lobos, que le valió el reconocimiento internacional por “The Big Wave Challenge” de Surfer Magazine en la categoría de la ola más grande remada por una mujer, donde quedó en segundo lugar y que desperté el interés de Red Bull para sumarla a su parrila de atletas al poco tiempo después.
Sin embargo, la vida de esta surfista y también salvavidas, depende mucho de las estaciones del año y del comportamiento del mar, lo que hace mantenerse en constante movimiento, recorriendo algunos de los lugares más imponente del mundo en cuanto a olas grandes se trata.
“Domi” divide su año en hemisferio sur y hemisferio norte, buscando siempre los inviernos, que es donde se generan las olas grandes producto de las tormentas: “Abril, mayo, junio, julio y agosto estoy en Chile, en Punta de Lobos donde hay olas increíbles, con harta actividad, pero este año el invierno pegó muy fuerte, entonces decidí ir a entrenar a El Buey en Arica e Iquique también. La gracia de nuestro país es que si las condiciones climáticas están muy peligrosas, me voy moviendo a otras ciudades donde todavía se pueden surfear olas grandes”, cuenta la atleta.
Pero el año y la preparación de “Domi” no terminan ahí, porque las bondades del mar la van moviendo a lo largo de todo el mundo: “En esta temporada de hemisferio sur voy a ir a México, a Puerto Escondido por primera vez entre agosto y septiembre, que es una ola muy exigente así que ahí tengo un gran desafío donde espero me vaya bien y que lo integro a mi calendario año a año. Luego comienza el hemisferio norte, la temporada donde me voy noviembre y diciembre a Europa, específicamente a Nazaré, Portugal, que es la meca de olas grandes. Entremedio quiero pasar por Irlanda también, pero ya lo que es verano acá en Chile y donde las olas bajan, yo me lo paso en Hawai que es la meca del surf, principalmente los meses de enero y febrero en la temporada del north shore”, asegura una activa Dominique Charrier.
Puede que la vida en el mar no sea de tantas competencias, trofeos y medallas, sin embargo, Domi se prepara como la atleta que es, con mucho físico para mantenerse fuerte ante los embates de una ola grande, la parte sicológica para mantener la calma, trabajo de apnea para agrandar la capacidad pulmonar y también primeros auxilios, porque en el mal nunca se sabe lo que puede pasar cuando se va en busca de esa ola que te puede inmortalizar en lo más alto del surf: “Antes de entrar a un mar grande, no siempre es fácil. Respiro profundo, visualizo, me hablo a mi misma y tengo mucho miedo. Pero al tocar el agua, los nervios se van y el miedo se vuelve mi amigo. Es difícil de explicar, pero es increíble estar ahí dentro y sentir esa adrenalina”, afirma “Domi” Charrier.