Especialista entrega 6 claves para evitar la “fuga” de talentos en las empresas

Beatriz Herrera, directora de carreras de Gestión de Personas de Duoc UC sede Padre Alonso de Ovalle, considera que actualmente los trabajadores buscan ser parte de organizaciones que les permitan desarrollarse, tengan un propósito, un liderazgo humano y un entorno que resguarde su bienestar. Sin embargo, dice, “hoy muchas organizaciones no están escuchando lo que sus colaboradores necesitan”.

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“Los trabajadores, especialmente las nuevas generaciones, valoran el desarrollo, el propósito y un liderazgo humano en entornos que resguarden su bienestar. Cuando estos elementos no están presentes, optan por dejar la organización. Así de simple”.

Eso es lo que plantea Beatriz Herrera, directora de carreras de Gestión de Personas de Duoc UC sede Padre Alonso de Ovalle, quien expresa su preocupación frente a la “fuga” de talentos que afecta actualmente a algunas empresas de distintos rubros, lo cual -dice- implica pérdidas en varios sentidos para las organizaciones.

“Hoy, muchas organizaciones no están escuchando lo que sus colaboradores necesitan, y eso tiene un costo. La fuga de talentos no solo implica pérdidas económicas —gastos de reclutamiento, capacitación, baja productividad—, sino también un alto costo humano y cultural. Se pierde conocimiento acumulado, cohesión de equipo y energía organizacional. La rotación constante debilita la cultura y la reputación interna”, sostiene la especialista.

Citando al psicólogo chileno Ignacio Fernández, señala que “una organización con alta rotación no puede construir una cultura de alto desempeño sostenible”.

En ese sentido, Beatriz Herrera enfatiza que “el desafío de retener talento en las organizaciones trasciende la entrega de incentivos económicos o beneficios superficiales. No se resuelve con bonos, mesas de ping-pong o días de frutas. Requiere una transformación profunda, especialmente en un contexto donde los talentos buscan desarrollo, propósito, liderazgo humano y un entorno que les permita crecer sin renunciar a su bienestar”.

En este escenario, la directora de carreras de Duoc UC sede Padre Alonso de Ovalle entrega 6 claves para que las organizaciones logren retener el talento:

  1. Actualizar los estilos de liderazgo, transitando desde enfoques basados en el control hacia modelos que promuevan la confianza y la autonomía.
  2. Construir culturas organizacionales emocionalmente sostenibles, en las que se valore la autenticidad y se priorice el bienestar integral de las personas.
  3. Invertir en desarrollo profesional efectivo, mediante trayectorias formativas claras, espacios de mentoría y retroalimentación constructiva.
  4. Escuchar activamente a los colaboradores, a través de mecanismos formales e informales, y traducir esa escucha en acciones concretas.
  5. Incorporar activamente políticas y prácticas de diversidad, asegurando entornos inclusivos y equitativos.
  6. Integrar el cuidado de la salud mental y emocional, reconociendo su impacto en la productividad, la innovación y la sostenibilidad del trabajo.

Bienestar vs. salario

La directora dice concordar con Ignacio Fernández cuando plantea que “las nuevas generaciones no están dispuestas a renunciar a su bienestar por un sueldo”.

“Y tienen razón”, afirma Beatriz Herrera. “Esto no debe interpretarse como falta de compromiso, sino como una expresión de conciencia crítica frente a modelos laborales que ya no resultan sostenibles”, asegura.

Con respecto a la relevancia que en este escenario adquiere la formación de futuros técnicos y profesionales en recursos humanos, la especialista asevera que “ya no basta con preparar personas para la ejecución de tareas administrativas. Se necesitan agentes de cambio, líderes conscientes y especialistas en gestión de personas capaces de leer culturas, diseñar experiencias de trabajo significativas y generar compromiso y bienestar. Personas que comprendan que el talento no se retiene con fórmulas estandarizadas, sino con humanidad, consistencia y visión”.

En conclusión, la directora de carrera indica que “el principal aprendizaje en torno a la retención del talento es claro: no se trata de una transacción económica, sino de una construcción relacional y cultural profunda. Y esa construcción comienza con algo tan básico como una escucha genuina, activa y comprometida”.