Cada noviembre se conmemora el Día Mundial de la Televisión, una iniciativa que busca resaltar la importancia de este medio en el desarrollo de la sociedad, al mismo tiempo que fomenta la reflexión sobre su rol en la difusión de contenidos y la construcción de la opinión pública.
En el caso de Chile, hace 65 años los hogares comenzaron a recibir las primeras señales en blanco y negro, a través de pequeños televisores con pantallas curvas. Esta evolución ha transformado no solo la tecnología, sino también la forma en que los ciudadanos consumen contenidos audiovisuales.
En este contexto, el Dr. Fernando Fuente-Alba, periodista y académico de la Facultad de Historia, Comunicación y Ciencias Sociales de la UCSC, reflexionó que “Hoy tenemos pantallas planas y gigantes de 55 pulgadas o más, que nos permiten ver no solo noticias, sino también contenido como deportes en vivo, y catálogos de películas y series en servicios de streaming; algo impensable en los primeros días de la televisión».
«Con la llegada del color en 1978 y la revolución que supuso el control remoto, los televidentes se liberaron de las perillas y la experiencia de ver televisión cambió para siempre. Con el tiempo, la televisión no solo se hizo más accesible, sino también más ornamental, integrándose a los hogares modernos como un objeto de diseño», agregó el Dr. Fuente-Alba.
Dificultades
A pesar de las innovaciones, la televisión ya no ocupa el primer lugar entre las plataformas más populares, debido al impacto del streaming, que ha revolucionado el consumo de contenidos. Según el periodista, «plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime y Disney+ han permitido a los televidentes, especialmente a los más jóvenes, acceder a una oferta mucho más diversa y personalizada, con series y películas de todo el mundo, no solo de Estados Unidos, que era lo común al inicio de la televisión».
Por lo tanto, los productores de contenidos enfrentan una complejidad adicional al operar en un mercado fragmentado, donde las audiencias son cada vez más difíciles de retener. El Dr. Fuente-Alba señaló que «antes, la publicidad se concentraba en unos pocos canales, y hoy es una batalla por captar la atención de los televidentes en un mar de opciones. Estamos, por tanto, ante una crisis de contenido importante, porque la pregunta es: ¿cómo logramos retener a esa audiencia a través del contenido nacional? La gran receta para cautivar, retener y reconquistar al público de la televisión abierta son los contenidos propios que no se encuentran disponibles en las plataformas».
A pesar de que las plataformas de streaming han cambiado los hábitos de consumo de los chilenos, la televisión abierta sigue siendo relevante, especialmente para los mayores de 50 años, quienes aún la prefieren. El Dr. Fuente-Alba sostuvo que «el contenido nacional juega un rol crucial en este desafío. A pesar del auge del streaming, siempre habrá un espacio para los contenidos locales y culturales que solo la televisión chilena puede ofrecer”.
«Yo soy un convencido de que siempre tendemos a volver a lo nuestro. Así que después de ver esa gran cantidad de series y películas, volveremos a lo nuestro: a nuestras noticias y canales. Siempre hay espacio para ello», añadió.
En el caso para reconquistar a las audiencias más jóvenes, el periodista indicó que “los canales deben adaptarse a las nuevas tecnologías como la televisión tradicional se integra con aplicaciones móviles que permiten ver programas en vivo o grabados en el momento que el usuario elija”.
“Es que los contenidos sean accesibles en múltiples dispositivos, como smartphones, tablets y computadoras, para ofrecer una experiencia más flexible y personalizada. La clave está en hacer que la televisión tradicional sea más interactiva, permitiendo que los usuarios no solo vean lo que se les ofrece, sino que también puedan interactuar con el contenido y elegir qué, cuándo y cómo verlo», cerró el profesional.