Estudio confirma el impacto del cambio climático en los glaciares y la urgente necesidad de una política hídrica que lo asuma

Elaborado por el Instituto de Ingenieros de Chile, organismo con más de 130 años de investigación y análisis en diversas temáticas y aportes al desarrollo de políticas públicas.

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Imagen de marcogrocha en Pixabay

Chile posee el 80% de los glaciares andinos y es uno de los 10 países con más glaciares a nivel mundial y uno de los países más impactados por los efectos del cambio climático. Así, es trascendental investigar las consecuencias en dichos cuerpos de hielo e impulsar políticas públicas que permitan responder a las nuevas exigencias actuales y futuras, proponiendo soluciones para mitigar los efectos.

El informe “Los Glaciares: ¿Qué queremos proteger?”, elaborado en 2020 por el Instituto de Ingenieros de Chile  con un grupo de ingenieros y otros profesionales especialistas liderado por el Ingeniero Jaime Illanes y compuesto por  José Adolfo Moreno, Luis Nario, Octavio Ortiz, Jorge Pedrals, Humberto Peña y Luis Valenzuela, revela las probables consecuencias que tendría especialmente  el cambio climático, entre otras variables, en los glaciares en el mediano y largo plazo, y la manera de cómo prevenir o aminorar estos efectos.

El informe destaca que los glaciares tienen un rol primordial para el buen funcionamiento del ciclo hidrológico en la naturaleza. Estos son: almacenar volúmenes de agua en forma de hielo para entregarlo a los ríos cuando hay temporadas de sequías en meses de verano regulando la distribución del caudal.

De acuerdo a los estudios realizados se concluye que el cambio climático hace que el retroceso de los glaciares sea un proceso irreversible. Sus consecuencias generales incluyen la disponibilidad hídrica y, eventualmente, la biodiversidad en numerosos ríos, debido a la pérdida de regulación anual y estacional del agua, en los cauces que se localizan aguas abajo de los glaciares. Asimismo, señalan que se incrementará severamente el riesgo de colapso de estos durante el proceso de retracción y deshielo.

En Chile, estos impactos varían a lo largo del país. Así, en lo relativo al impacto en la gestión hídrica, las cuencas de los ríos Aconcagua, Maipo y Rapel serían especialmente afectadas, sin embargo, existen numerosas cuencas en las que el impacto resulta marginal o inexistente, siendo necesario estudiar los impactos caso a caso. Respecto del riesgo de colapso, en el informe se documentó, con una revisión de los casos estudiados en los últimos 50 años, la frecuencia y enorme magnitud que pueden alcanzar las crecidas y aluviones asociados a los glaciares en Chile.

“Para este período obtuvimos información de 36 casos, descubriendo colapsos con el vaciamiento de volúmenes de agua tan importantes como 250 millones de m3 y con caudales máximos de hasta 11.000 m3/s”, explicó Humberto Peña, uno de los integrantes del estudio.

La investigación concluye que, si no se toman prevenciones, hacia el futuro la recurrencia y gravedad de este tipo de fenómenos catastróficos aumentará, debido especialmente al impacto del cambio climático que altera severamente al actual equilibrio de los glaciares, y a la mayor presencia de la población en el territorio.

En el informe se analiza cómo distintos países están enfrentando desafíos relacionados a los glaciares. Así, algunos están preocupados de mitigar el colapso de masas de hielo de los glaciares, lo cual puede tener consecuencias graves en términos de inundaciones y cambios en los cursos de agua. Otros deben asumir los problemas asociados al deshielo del permafrost, que puede generar deslizamientos de tierra y su inestabilidad. También, a medida que los glaciares se derriten, necesitan resolver cómo definir la propiedad y permiso de uso de terrenos que quedan expuestos. Asimismo, existe la preocupación por la pérdida de regulación del agua que los glaciares proporcionan, lo cual compensan con la construcción de embalses. Por otra parte, el informe comprueba que en el país no se observan iniciativas con estos objetivos. 

Argentina es el único país que tiene una ley vigente específica sobre la protección de glaciares. En Chile se ha propuesto una ley similar a esta, con el objetivo de limitar las actividades económicas, como la minería, en las zonas cercanas a los glaciares, lo que podría tener un impacto significativo en la continuidad de la industria minera nacional en diversas zonas.

El informe del Instituto considera que la institucionalidad del país ha demostrado tener la capacidad necesaria para impedir la realización de proyectos que pudieran tener un impacto significativo sobre glaciares vecinos. Sin perjuicio de lo anterior, “recomendamos que el Estado fortalezca la institucionalidad relacionada con el tema de glaciares y las iniciativas dirigidas a reducir estos riesgos” afirma el experto.

¿Qué medidas faltan para que se protejan completamente los glaciares?

En el informe, se incluye una serie de recomendaciones, en especial respecto a la adecuación de la institucionalidad ambiental del país.

Además de esto, el presidente de la Comisión de Glaciares y participante del presente estudio, Jaime Illanes destaca la importancia de continuar estudiando y monitoreando los glaciares del país.

El experto recomienda que debería mantenerse el liderazgo de investigación que hasta hace poco estaba a cargo exitosamente por la Unidad de Glaciología y Nieves (UGN), por parte de la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Sin embargo, hoy, esta labor se ha traspasado a la División de Hidrología de la DGA, perdiendo parte de su capacidad para incidir en las decisiones de política pública: “Un hecho insólito que no está de acuerdo con la importancia que las autoridades dicen darle al tema de los glaciares”, afirma.

Desde su creación en 2008, la UGN de la DGA realizó investigaciones como el catastro nacional de glaciares y la operación de su red de monitoreo actuando a lo largo de Chile, siendo el único referente a nivel nacional y reconocido local e internacionalmente como apoyo científico especializado para la formulación de políticas nacionales sobre este tema.

“Chile debe contar con una entidad dentro de la DGA, de alto nivel técnico y científico respecto al tema de glaciares y con una adecuada jerarquía administrativa que asegure un debate destacado en las políticas públicas”, explica Illanes.

Como conclusión, es primordial formular una política hídrica que incluya a los glaciares y al proceso de retroceso que causa el cambio climático, basada en los estudios y capacidades técnicas de la UGN.

Acerca del Instituto de Ingenieros de Chile

El Instituto de Ingenieros de Chile, fundado el año 1888, es un organismo autónomo e independiente que aporta permanentemente al desarrollo de la ingeniería y al debate público a través de comisiones de estudio, conferencias, opiniones técnicas, entre otros.