Este martes 13 de mayo fue confirmada la muerte de José “Pepe” Mujica a los 89 años, expresidente de Uruguay entre 2010 y 2015. El exmandatario, figura emblemática de la izquierda latinoamericana, enfrentaba desde abril de este año un cáncer de esófago que posteriormente comprometió su hígado. “Estoy muriendo”, dijo en enero pasado, en una de sus últimas declaraciones públicas.
Para el académico de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Dr. Froilán Ramos, historiador y profesor del Departamento de Historia y Geografía, la figura de Mujica representa una trayectoria singular en la política latinoamericana. “Fue uno de los representantes más visibles de la izquierda en la región, caracterizado por su austeridad económica, su imagen afable y su voz convertida en casi de autoridad moral dentro de la izquierda latinoamericana”, señala.
Según explica el académico, la trayectoria de Mujica puede entenderse en tres etapas fundamentales. “La primera fue su rol como guerrillero idealista dentro del contexto de la Guerra Fría, especialmente en una época marcada por la violencia política en Uruguay”, indica el Dr. Ramos, haciendo alusión a la militancia de Mujica en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros durante los años 60 y 70, lo que lo llevó a ser encarcelado por más de una década.
La segunda etapa corresponde a su mandato como presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, período en el que se consolidó como una figura destacada en el panorama regional. “Ese fue un hito regional, debido en parte a su pasado guerrillero, a su avanzada edad y al cultivo de una imagen de político sencillo, simbolizado en el uso de su Volkswagen escarabajo”, señala Ramos, quien destaca también la coherencia entre su discurso y su estilo de vida austero, que le valió reconocimiento internacional.
En sus últimos años, ya retirado de la presidencia, Mujica mantuvo una fuerte presencia pública, especialmente a través de entrevistas y apariciones en medios, donde entregó reflexiones sobre política, sociedad y democracia. “Se desmarcó de la izquierda radical al punto de denunciar abiertamente al chavismo como un régimen no democrático”, agrega Ramos.
A juicio del académico, Mujica encarnó un tránsito histórico en América Latina, desde el idealismo revolucionario y la violencia política de la segunda mitad del siglo XX hacia una izquierda democrática e institucional. “Representa una época de América Latina, como la que hoy viven países como Chile y Uruguay”, resume.
Aunque quedan aristas por estudiar, “como su visión sobre Cuba y el socialismo del siglo XXI”, el Dr. Ramos afirma que el legado de Mujica continúa vivo: “parte de su influencia política se mantiene en la figura del actual presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, quien se considera a sí mismo un discípulo de Mujica”.