En la industria de la construcción, el tiempo de ocio es escaso, pero como en toda sociedad moderna, el uso del teléfono móvil es omnipresente. En esos breves descansos, el scroll infinito de redes sociales, como TikTok, parece ser predominante. ¿Y si ese mismo dispositivo pudiera transformarse en una poderosa herramienta de aprendizaje? Esa es la premisa de Job Learning, un innovador método de formación que busca “quitarle tiempo a TikTok” para capacitar a los trabajadores de la construcción.
La idea fue una de las cuatro ganadoras del FIT Construcción, el fondo del OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que repartió $200 millones entre proyectos que respondieran a los urgentes desafíos del sector.
«El FIT Construcción es nuestra apuesta por la innovación abierta para resolver los desafíos urgentes del sector, donde el 40% de las empresas declara falta de mano de obra calificada. Job Learning es uno de los ejemplos de cómo podemos escalar soluciones que sí funcionan, usando la tecnología para generar un impacto real en la productividad y en el desarrollo de talento en la industria», afirma Bárbara Veyl, Gerenta de Vinculación e innovación social del OTIC CChC.
Felipe Stuardo, uno de los líderes del proyecto, explica que Job Learning es más que una plataforma: es un método basado en dos componentes clave. El primero es el microlearning: cápsulas de aprendizaje de no más de dos minutos. “El mundo actual está pidiendo a gritos que la formación sea práctica, los contenidos sean breves y que sean aplicables al terreno”.
El segundo pilar es la andragogía, es decir, el aprendizaje enfocado en adultos. “Muchos diseños hablan de pedagogía, pero los adultos aprendemos de forma distinta, basándonos en nuestra propia experiencia”, añade. Por eso, las cápsulas están hechas con casos reales y protagonizadas por “los mismos trabajadores” de la construcción.
El apoyo del OTIC
Con el capital de trabajo obtenido del Fit construcción OTIC CChC, Job Learning ejecutó un piloto enfocado en tres perfiles críticos: maestro albañil, concretero y enfierrador, y superó todas las expectativas. “Nos propusimos una participación de 120 usuarios y terminamos con 242 trabajadores. La satisfacción promedio fue de 4.4 sobre 5”, detalla Stuardo.
El rol del OTIC CChC, asegura Felipe Stuardo, fue “fundamental, esto probablemente no lo hubiésemos podido hacer. Nos dieron el capital de trabajo para montar y producir las cápsulas, y además nos ayudaron a validar que los estándares de ChileValora y la CChC eran los adecuados».
Para Bárbara Veyl, “el éxito de Job Learning valida nuestro modelo. No basta con financiar proyectos; el verdadero desafío es aprender de ellos y escalarlos. Nuestro rol como OTIC es ser un motor articulador, fomentando el aprendizaje continuo y flexible y conectando las buenas ideas con las necesidades reales de la industria”.
Con un piloto exitoso y una metodología probada, el futuro de Job Learning es prometedor, especialmente porque no se limita a la construcción. “Creemos que todo, especialmente procedimientos o implementaciones que son muy rígidas, se puede llevar a microlearning”, finaliza Felipe. Y gracias al impulso del OTIC de la CChC, eso podría estar más cerca de concretarse.
