Juntos somos mejores: Con Taiwán por la paz y la prosperidad global

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Por Silvia Yu-chi Liu, Directora General de la Oficina Económica y Cultural de Taipéi.

En un mundo donde la incertidumbre aumenta y las amenazas a la democracia se vuelven más complejas, Taiwán y otros países se encuentran con desafíos comunes: conflictos prolongados, coerción económica y la expansión de regímenes autoritarios que ponen en peligro la libertad y el desarrollo sostenible.

Ante este panorama complejo, la defensa de la democracia se vuelve una necesidad urgente que demanda alianzas firmes y acciones conjuntas. El lema de la 80ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2025 «Juntos somos mejores” responde al escenario actual, e invita a los socios globales a unirse y trabajar juntos para afrontar los diversos desafíos y avanzar hacia un futuro mejor.

En este contexto, Taiwán no solo se presenta como un baluarte frente a las amenazas autoritarias, sino también como un líder global en innovación y en iniciativas concretas para avanzar en áreas prioritarias. Esta sinergia abre la puerta a una colaboración que fortalece la democracia y, al mismo tiempo, impulsa el desarrollo económico y tecnológico a nivel mundial.

No obstante, Taiwán aún enfrenta una injusta exclusión de las Naciones Unidas, en gran parte debido a una interpretación equívoca de la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU. Esta exclusión no solo es un agravio para Taiwán, sino que limita el potencial de la comunidad internacional para beneficiarse plenamente de sus aportes en áreas críticas como la tecnología, la salud y el desarrollo sostenible.

Es momento de que la comunidad internacional, guiada por la democracia, la cooperación y el respeto mutuo, reconozca la legítima participación de Taiwán en los espacios globales. Apoyar la plena integración de Taiwán resulta tanto justo como coherente, pues solo mediante la inclusión y el trabajo conjunto podremos abordar los desafíos globales.