La excursión responsable: cuando la preparación es parte del viaje

80

Por Frano Giakoni Ramírez, director de carrera de Entrenador Deportivo UNAB.

En los últimos años, las excursiones se han transformado en una de las actividades favoritas de los chilenos. Desde rutas sencillas hasta travesías de varios días, la naturaleza ofrece una mezcla de aventura y bienestar que atrae a miles. Pero ese interés creciente también exige algo que muchas veces se pasa por alto: preparación. Porque en la montaña, o en cualquier entorno silvestre, el paisaje es hermoso, pero las condiciones pueden cambiar rápido, y la diferencia entre una buena experiencia y un mal momento suele depender de decisiones tomadas antes de comenzar a caminar.

Conocer la ruta es el primer paso de toda excursión responsable. Saber cuánto dura, qué desnivel tiene, dónde hay agua y qué hacer en caso de emergencia permite anticipar imprevistos y evitar depender solo de la señalización o la intuición. La naturaleza no siempre da segundas oportunidades, y subestimar un sendero es uno de los errores más comunes entre los caminantes inexpertos.

El segundo elemento crítico es el clima. En Chile, especialmente en zonas cordilleranas, el tiempo cambia con una rapidez sorprendente. Revisar pronósticos, entender los vientos y considerar la sensación térmica no es exageración; es parte de la seguridad básica. No se trata de evitar las nubes, sino de no caminar a ciegas frente a un entorno dinámico.

El equipamiento también importa. Vestirse por capas, llevar buen calzado, contar con agua suficiente y cargar elementos de emergencia como un botiquín, una linterna o un mapa puede parecer innecesario en rutas cortas, pero es clave cuando el cansancio, la noche o el frío aparecen antes de lo previsto. Mucho del malestar o riesgo en excursiones surge precisamente de mochilas mal preparadas.

Por último, está la responsabilidad de comunicar el plan. Avisar a alguien externo la ruta y la hora estimada de regreso no cuesta nada, pero facilita cualquier búsqueda en caso de accidente. Y, dentro del grupo, la regla es simple: avanzar al ritmo del caminante más lento y saber cuándo retroceder. La montaña no premia la obstinación.

Desarrollar una cultura de excursión responsable no resta emoción al viaje; la asegura. Chile ofrece escenarios extraordinarios para explorar. El desafío es recorrerlos con respeto, preparación y sentido común, entendiendo que disfrutar de la naturaleza empieza mucho antes del primer paso: comienza en la decisión de volver sanos y con la experiencia completa.