Los datos son el nuevo petróleo: cómo las empresas deben crear sus propias refinerías y no morir en el intento

112

Por Filipe Cotait, CEO de Stefanini Data & Analytics.

“La diferencia entre quienes lideran y quienes solo siguen está en la capacidad de transformar información en valor”

La nueva economía está impulsada por datos. Desde las grandes instituciones financieras hasta las healthtechs, pasando por aseguradoras y el retail, crece la comprensión de que los datos dejaron de ser un subproducto de las operaciones para convertirse en un activo central del negocio. El desafío, sin embargo, no está tanto en recolectarlos, sino en la capacidad de transformarlos en decisiones y, sobre todo, en valor.

Según Gartner, para 2026 más del 80% de las empresas utilizará modelos o APIs de Inteligencia Artificial Generativa (GenAI), o implementará aplicaciones habilitadas por esta tecnología en sus entornos productivos. Se trata de un cambio profundo de mentalidad que exige inversión en gobernanza, integración entre áreas y líderes capaces de traducir tecnología en resultados concretos.

Hemos observado este movimiento en empresas que se destacan justamente por poner al cliente al centro y utilizar los datos como puente entre estrategia y ejecución. Algunas muestran cómo una arquitectura moderna permite una experiencia más fluida y personalizada. Otras han logrado ganancias medibles al integrar datos de marketing y analytics en la toma de decisiones.

Estos casos revelan que no basta con acumular datos, es necesario contextualizarlos, cruzarlos, interpretarlos y actuar con precisión. Las organizaciones que desarrollan esta madurez avanzan más rápido, con mayor claridad y eficiencia.

Por eso también ha crecido el rol de las áreas de datos dentro de las empresas. Dejaron de ser un soporte técnico para convertirse en un motor de transformación. Con indicadores, análisis de comportamiento e inteligencia predictiva, es posible generar insights que fortalecen la experiencia del cliente, optimizan procesos y abren nuevas oportunidades de negocio.

Lo que antes era una ventaja competitiva hoy es una condición para sobrevivir en un mercado donde la velocidad, la personalización y la relevancia son requisitos mínimos.

Transformar datos en decisiones es, por tanto, una competencia estratégica. Y será cada vez más el factor que diferencie a las empresas que lideran de las que solo intentan seguir el ritmo del cambio.