Modelo del queso suizo como estrategia contra el coronavirus

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Con una sencilla ilustración -diez láminas de queso- Ian Mackay, virólogo y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Queensland, explica qué debemos hacer para frenar los contagios. La metáfora es una manera muy práctica de explicar la importancia de mantener más de una medida de prevención a la vez.  

«Ninguna de las medidas que podemos tomar frente al virus es por sí sola 100% efectiva, por lo que, la única manera de frenarlo es combinarlas todas» explica la viróloga Daniela Toro sobre la estrategia del queso suizo, modelo propuesto originalmente en la década de 1990 por James T. Reason, un investigador de la Universidad de Manchester (Reino Unido), para explicar por qué ocurren fallas y accidentes en sistemas complejos. 

Ian Mackay, profesor adjunto en la Facultad de Medicina en la Universidad de Queensland (Australia), cree que la hipótesis de Reason puede servir como modelo para explicar a la ciudadanía la importancia de mantener variadas medidas de protección de manera simultánea. De acuerdo con el gráfico, el distanciamiento social es la medida más importante porque es la clave para frenar la propagación, pero cuantas más capas, más fácil será tapar los agujeros y reducir el riesgo. 

Las láminas pueden variar de orden en función de las circunstancias y son: confinamiento en caso de estar infectado; uso de mascarilla; higiene de manos y taparse boca al toser; evitar tocarse la cara; y limitar al máximo el tiempo en sitios concurridos. Así como cada lámina de queso tiene agujeros, cada medida que adoptamos tiene imperfecciones a la hora de combatir el virus. 

Por eso a las medidas de protección individual, Ian Mackay añade otras que competen a las administraciones públicas y al sector privado; realizar pruebas de detección y rastreo de contactos con rapidez; ventilación, filtración de aire, o eventos al aire libre; información del gobierno; cuarentenas y aislamiento; y vacunas.  

«Estamos en un nuevo repunte de casos en el país, debemos reforzar la comunicación de riesgo. En este sentido debiera tenerse más en cuenta a la población, sus particularidades y diferencias, hacerlos más partícipes para que puedan tomar decisiones basados en la evidencia científica disponible» analiza la viróloga de la Universidad Autónoma de Chile.  

Según los datos del Departamento de Estadística e Información de Salud, se han administrado 53.481.861 dosis de vacuna contra Covid-19 en el país: 13.893.526 son primeras dosis, 13.674.092 segundas dosis, y 574.631 dosis únicas. No obstante, y como señala el modelo, se insiste en que la vacuna es solo un medio más de protección: «todavía convivimos con el virus, por lo que habrá que seguir manteniendo todas las recomendaciones de prevención» recalca la especialista. 

El modelo adaptado de Mackay ha ido evolucionando: partió de ocho recomendaciones en una primera versión, a la que luego añadió otras dos en una actualización posterior (no tocarse la cara y evitar aglomeraciones). Para los especialistas también sería necesario incluir una capa de evaluación de las medidas adoptadas y el impacto de cada una de ellas.