Volando alto: la aviación latinoamericana frente a un futuro de oportunidades

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Por Federico dos Reis, CEO de INFORM para Latinoamérica

Pocas industrias reflejan tan bien el espíritu de América Latina como la aviación. En una región marcada por la distancia, la diversidad geográfica y los contrastes económicos, el transporte aéreo no solo conecta destinos; también une realidades, impulsa economías y abre oportunidades para millones de personas.

Las cifras son elocuentes. En agosto de 2025, el tráfico aéreo en América Latina y el Caribe alcanzó 40,7 millones de pasajeros, un crecimiento interanual de 4,3%. Detrás de este avance estuvieron los mercados domésticos de Brasil, Argentina y Perú, responsables de más de la mitad del incremento. La conectividad regional entonces se consolida como el principal motor de expansión y refleja una tendencia clara: los latinoamericanos están volviendo a volar dentro de su propio continente.

Durante el ALTA AGM&Airline Leaders Forum, esta dinámica fue uno de los temas centrales. Los líderes del sector coincidieron en que la recuperación ya no se mide solo en pasajeros o rutas, sino en la capacidad de adaptarse e innovar en un entorno complejo. Sin embargo, el panorama no está libre de turbulencias. La inestabilidad política y económica sigue afectando las inversiones de largo plazo. El nuevo aeropuerto de Lima, concluido tras décadas de demoras y 18 ministros de transporte, simboliza tanto el avance como la necesidad urgente de planificación y continuidad institucional.

A estos retos se suman regulaciones e impuestos que, en lugar de promover el desarrollo, terminan frenando su ritmo. La nueva tasa de conexión en Lima y las exigencias de reducción de emisiones en Brasil son medidas bienintencionadas que, sin una visión integral, pueden desincentivar la demanda y encarecer los viajes. En una región donde el promedio es de 0,65 viajes por habitante al año, frente a países en Europa con más de 5 traslados, cada obstáculo cuenta. El desafío económico tampoco es menor. Los costos dolarizados, el alto precio del combustible y la escasez de aeronaves siguen presionando a las aerolíneas, mientras un déficit global de talento limita la operación. La pregunta es: ¿podrá la región transformar estos desafíos en una oportunidad para fortalecerse? Todo indica que sí.

El tráfico de pasajeros crece por encima del promedio mundial y podría duplicarse en la próxima década. Con un ingreso promedio por pasajero de apenas USD 3,40, frente a USD 7,20 a nivel global, la oportunidad está en avanzar hacia una mayor eficiencia, digitalización y aprovechamiento de los datos, pilares fundamentales para sostener la expansión.

América Latina requiere políticas públicas coherentes que acompañen este impulso, apalancando inversiones en infraestructura e incentivos para la sostenibilidad, además de una visión coordinada que fomente la integración y potencie la conectividad regional. Y es que la aviación no es un lujo, sino un motor estratégico capaz de articular economías, descentralizar oportunidades y acortar distancias. Cada vuelo que despega en la región transporta más que pasajeros, lleva consigo el potencial de un continente que, pese a los desafíos, sigue mirando al cielo con determinación. La resiliencia está demostrada; ahora el reto es transformar esa fortaleza en un crecimiento sostenido e inclusivo.